martes, 1 de agosto de 2017

sábado, 24 de junio de 2017

Historia de Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET-JONS)

ORÍGENES

La Falange Española Tradicionalista y de las JONS hunde sus raíces en la fusión de las dos fuerzas mayoritarias que participaron en el Alzamiento Nacional del 18 de Julio:

De un lado, la Comunión Tradicionalista, el movimiento político más antiguo de España: De firmes convicciones religiosas y profundamente católico fue fundado en 1833. Durante el periodo de la II República pasó a estar dirigido por Manuel Fal Conde.

Por otro, Falange Española de las JONS, de raíz sindicalista y revolucionaria, nace en 1934 de la fusión de la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, con las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, fruto a su vez de la unión de dos movimientos previos: las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, del abogado vallisoletano Onésimo Redondo, y el grupo la Conquista del Estado, de Ramiro Ledesma Ramos.

ALZAMIENTO NACIONAL DE 1936

Tras los múltiples desmanes del nuevo gobierno de la República, el Frente Popular, que aspira a la implantación de un Estado comunista, la preocupación de la sociedad va creciendo con los asesinatos y violencia callejera, la quema multitudinaria de iglesias y la anarquía reinante. La Falange Española de las JONS es ilegalizada y sus líderes encarcelados. El detonante llega con un crimen de Estado, el asesinato del líder de la oposición, Calvo Sotelo, a manos de la policía gubernamental.. El 17 de Julio estalla la rebelión militar en Melilla contra el gobierno del Frente Popular, que pronto se extenderá por todo el Marruecos español. Tras las noticias del alzamiento del Ejército de África, también se sublevan las guarniciones peninsulares que reciben la afluencia de voluntarios civiles de las milicias de Falange de las JONS y Comunión Tradicionalista.

La sublevación no consigue su objetivo al quedar las principales ciudades y centros industriales bajo control del gobierno del Frente Popular que reparte armas a las milicias, dejando a España dividida en dos zonas y desembocando inevitablemente en una cruenta guerra civil fraticida. El Jefe Nacional de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, es fusilado el 20 de Noviembre en Alicante por el Frente Popular. El mismo destino correrían otros líderes nacional-sindicalistas como Ramiro Ledesma o Julio Ruiz de Alda, fusilados en Madrid. Onésimo Redondo, es liberado por las fuerzas nacionales el 19 de Julio, y tras ponerse al mando de un grupo falangista armado que marchó hacia Madrid, cae muerto días después en el frente. La Falange de las JONS quedaba descabezada de todos sus líderes.
Las milicias encuadradas en Falange Española constituyeron 116 Banderas (unidades de tipo batallón), que sumaron algo más de 200.000 hombres.

Por su parte los carlistas de la Comunión Tradicionalista se agruparon en Tercios Requetés llegando a integrar a más de 60.000 combatientes voluntarios repartidos en 67 tercios. Procedían de las provincias Vascongadas, y especialmente de Navarra, pero existían Tercios en Castilla, Galicia, Cataluña, Aragón o Andalucía, en la cual el carlismo había crecido espectacularmente durante la II República.

Conforme avanzaba la guerra, tanto falangistas como carlistas tenían sus propios proyectos y aspiraciones para el nuevo Estado que se estaba construyendo en la zona sublevada. Los primeros contactos entre las dos fuerzas nacionales para llevar a cabo la fusión tuvieron lugar en febrero de 1937 en Portugal, donde residía Fal Conde.

Franco, con anterioridad, en el otoño de 1936 ya se puso al habla con los dirigentes de ambos grupos para propiciar su unión. Manuel Hedilla, por parte de Falange, se mostró partidario de la unificación: 
"La tendencia a la formación de una única fuerza es innegable. Creemos que esto se producirá al asimilar la Falange... aquellos puntos del tradicionalismo que sean compatibles con las necesidades del momento. En el terreno religioso no tenemos nada que resolver; porque todo está resuelto." Manuel Hedilla (II Jefe Nacional de FE de las JONS)
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las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, fruto a su vez de la unión de dos grupúsculos previos: las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, del abogado vallisoletano Onésimo Redondo, y el grupo la Conquista del Estado, de Ramiro Ledesma Ramos.
las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, fruto a su vez de la unión de dos grupúsculos previos: las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, del abogado vallisoletano Onésimo Redondo, y el grupo la Conquista del Estado, de Ramiro Ledesma Ramos.
las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, fruto a su vez de la unión de dos grupúsculos previos: las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, del abogado vallisoletano Onésimo Redondo, y el grupo la Conquista del Estado, de Ramiro Ledesma Ramos.

FUNDACIÓN

Ante la preocupación por las crecientes tensiones en la retaguardia nacional, y para evitar que aconteciera lo mismo que en la zona roja, el General Franco decide fusionar mediante decreto a la Falange y a los carlistas en una sola fuerza política: Nace así el 19 de abril de 1937, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS.

"Llegada la guerra a punto muy avanzado y próxima la hora de la victoria, urge acometer la gran tarea de la paz, cristalizando en el Estado nuevo el pensamiento y estilo de nuestra Revolución Nacional. [...] Esta unificación que exijo en el nombre de España y en el nombre sagrado de los que por ella cayeron —héroes y mártires— [...] no quiere decir ni conglomerado de fuerzas ni mera concentración gubernamental, ni unión pasajera." Francisco Franco
Ninguna de las formaciones políticas que tomó parte en la guerra civil sufrió tal número de muertes entre sus líderes como ocurrió en el caso de la Falange de las JONS: Alrededor del 60% de los miembros de Falange de antes de la guerra perdieron su vida durante la contienda.


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El primer secretario general de FET y de las JONS, fue Raimundo Fernández-Cuesta, falangista de primera hora que ocupaba el mismo cargo en la Falange antes de la unificación.

El nuevo movimiento adopta como emblema el yugo y las flechas, y también como programa político los 27 puntos originarios de Falange Española de las JONS, a excepción del último, en el que se detalla que los pactos con otras fuerzas solo se gestionaran en el empuje final por la conquista del Estado, punto ya materializado con el Decreto de Unificación.
 
"No se había olvidado de los carlistas. Franco en persona invitó a Fal Conde, el jefe carlista exiliado en Lisboa, a formar parte del Consejo Nacional de FET, en noviembre de 1937. Fal Conde no aceptó y el ofrecimiento fue retirado definitivamente el 6 de marzo de 1938. El conde de Rodezno, que seguía en importancia a Fal Conde entre los carlistas, fue nombrado, a pesar de todo, Ministro de Justicia"

A la camisa azul falangista se le agregaría la boina roja de los tradicionalistas, unificando de esta forma también la uniformidad del movimiento.

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Con la excepción de algunos disidentes falangistas y carlistas, apenas una minoría, el Decreto de Unificación llevó la tranquilidad política a la zona sublevada, eliminó las luchas intestinas entre las diversas facciones políticas del bando nacional, y permitió concentrar el esfuerzo en las operaciones militares.

LA PAZ

Con la victoria de las fuerzas nacionales en abril de 1939, terminaba la guerra civil y comenzaba la gran tarea de la paz. Pero escasos meses después una nueva amenaza se volvía contra España: había estallado en Europa la Segunda Guerra Mundial. 

En agosto de 1939 el general Agustín Muñoz Grandes fue nombrado jefe directo de la milicia de Falange, cargo que compaginó con el de ministro - secretario general de FET y de las JONS (segundo cargo más importante del partido, solo por encima el jefe nacional)

La Falange jugó un papel discreto durante la Segunda Guerra Mundial, llegando a establecer varias delegaciones fuera de España. Las relaciones entre Hitler y Franco nunca fueron muy amigables. Tras el fracaso de la entrevista de Hendaya, Hitler pensó seriamente en invadir la península ibérica.

Pese a la neutralidad española en la II GM, España hizo proyectos para la defensa del país si había ataques de alguno de los contendientes. Al principio, la masa del ejército español fue colocada en la parte del sur del país para prevenir un eventual ataque aliado. Sin embargo, Franco ordenó que las divisiones se movieran hacia la frontera francesa después de que Hitler le amenazó con una posibilidad de invasión.

Siguiendo el ejemplo español, que logra en la historia la primera derrota del comunismo en los campos de batalla, Hitler se lanza en 1941 a la conquista de la Rusia soviética en la mayor operación terrestre jamás vista, rompiendo el Tratado de no agresión firmado por la Alemania nazi y la URSS de Stalin.

Aunque abiertamente Franco nunca quiso entrar en la II Guerra Mundial, autorizó la creación de un Centro de Reclutamiento en las sedes de FET y de las JONS para los voluntarios que quisiesen devolver la visita hecha por los rusos, pudiendo ir a luchar contra el bolchevismo y el régimen comunista que gobernaba en la Unión Soviética y se expandía por países próximos. Propondrían el envío de un contingente de voluntarios, lo que permitiría a España saldar su deuda con Hitler.
"Camaradas: no es hora de discursos. Pero sí de que la Falange dicte en estos momentos su sentencia condenatoria: ¡Rusia es culpable! Culpable de la muerte de José Antonio, nuestro fundador. Y de la muerte de tantos camaradas y tantos soldados caídos en aquella guerra por la agresión del comunismo ruso. El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa." Serrano Súñer
Se pone al mando de la División Española de Voluntarios el General Muñoz Grandes. Sería esta división, más conocida como División Azul por su gran composición falangista, la que protagonizó la última gran hazaña del Ejército Español de su historia. Cerca de 50.000 voluntarios lucharon en sus filas.

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La influencia y el poder del partido siguieron creciendo, y la membresía de FET y de las JONS alcanzó un pico de 932 000 miembros en 1942.

Pero la derrota de las potencias del Eje en 1945 deja en un papel comprometido a la Falange. La situación internacional de España se vuelve muy complicada con el aislamiento y condena de la recién creada ONU al régimen de Franco.

LA RECONTRUCCIÓN


Falange Española Tradicionalista y de las JONS, se encargó de elaborar la ideología del régimen del General Franco, así como desarrollar las políticas sociales para los españoles. Para esta difícil obra se puso al frente a algunos falangistas genuinos, como José Antonio Girón de Velasco o el bilbaíno José Luis Arrese que llevó a cabo la mayor obra social conocida jamás en España, materializada en ayudas sociales, mejora del sistema de seguridad social y construcción de millones de viviendas gratuitas para los más pobres desde el Ministerio de la Viviend. Además de la cobertura laboral: los seguros sociales, la asistencia sanitaria, la reforma agraria o la nacionalización del Banco de España -que había seguido siendo privado bajo el gobierno del Frente Popular- fueron obra de ministros "azules".

No había llegado aún la industrialización a España en 1937 cuando Franco asumió la jefatura del Estado. Años más tardes, España se covertiría con los gobiernos del Generalísimo en la octava potencia industrial del mundo, produciéndose lo que llamarían "el milagro económico español".

Tras la derrota del Eje, Franco se encontró con que las principales potencias aliadas ganadoras del conflicto, consideraron a su gobierno como un simple apéndice de los gobiernos fascistas y nazis derrocados en la guerra. 

Ramón Serrano Súñer escribe a Franco el día 3 de Septiembre de 1945 donde pide al Caudillo disolver a la Falange para evitar una más que posible invasión de los aliados. Franco responde sarcásticamente a Serrano.

1953 significaba un hito en el régimen franquista. No sólo es que se hubieran logrado buenas relaciones con USA sino que además éstas cristalizaban en el Convenio a la ayuda mutua para la mutua defensa, además del Concordato con la Santa Sede, por lo que internacionalmente se reconocía  al régimen del 18 de Julio. En el interior de España hubo quien vio aquello como el resultado de la profética mente del Caudillo Franco, incomprendido en su momento.

Ese mismo año, la Falange no solo siguió resistiendo, sino que vivía una segunda época dorada materializándose en el multititudinario I Congreso Nacional.
"Creo en España porque creo en la Falange" Francisco Franco


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I CONGRESO FET Y DE LAS JONS

La movilización de falangistas para asistir el 29 de Octubre de 1953 al magno acto que se celebró conllevó 43 trenes especiales y 9 ordinarios, sumando en total 688 unidades que transportaron a 48430 falangistas. Por carreteras, tanto en autocares como en automóviles llegaron 51.189. De la provincia de Madrid acudieron 8110 y de la capital en torno a los 40.000. Además 2500 mujeres de la Sección Femenina, 4000 del Frente de Juventudes y 1500 de la Guardia de Franco. Un total en torno a los 156.000 falangistas. A ello contribuyó decisivamente el Jefe Provincial de Madrid, Carlos Ruiz, altamente valorado por la militancia falangista, creador de múltiples establecimientos educativos o sanitarios en la provincia que aún hoy llevan su nombre.
El general Franco, con el uniforme de Jefe Nacional de la FET-JONS,. en el acto de clausura volvió a poner las cosas en su sitio:
"La Falange está por encima de las contingencias...flanqueando y respaldando la fuerza constituyente de nuestro ejército".

DISOLUCIÓN 

FET y de las JONS se acabó concibiendo como la rama política del denominado «Movimiento Nacional», concepto más amplio con el que se definía al complejo mecanismo de participación ciudadana en la sociedad y que englobaba al partido, la Organización Sindical, Sección Femenina, Frente de Juventudes etc..
 
Para 1973 el movimiento tenía oficialmente 980 054 miembros, lo que constituía una de las cifras más altas en su historia.


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En 1976, tras la muerte de Franco, el entonces joven político Adolfo Suárez fue nombrado Ministro - secretario general de FET y de las JONS, siendo el primero bajo la nueva monarquía de Juan Carlos I. Para entonces la influencia real del Movimiento en la sociedad española no pasaba de ser meramente anecdótica, aunque seguía conservando su enorme estructura burocrática y sus organizaciones satélites. Ya en el verano 1976, Suárez fue nombrado nuevo Presidente de gobierno y bajo su presidencia dio comienzo el desmontaje de las estructuras del franquismo y el paso a un régimen parlamentario, especialmente tras la aprobación de la Ley para la Reforma Política.

El 7 de abril de 1977 el Gobieno Suárez decretó la disolución oficial de FET y de las JONS, aunque algunos de sus organismos internos —especialmente los del mundo de la comunicación, órganos culturales y órganos deportivos— todavía existieron durante algunos años más.

Desde entonces, Falange Española de las JONS y la Comunión Tradicionalista siguen su camino por separado. 

El Frente de Juventudes

La Ley del 6 de diciembre de 1940 transformó la Organización Juvenil de la Falange en el Frente de Juventudes de FET y de las JONS, por la que quedaban encuadrados todos los jóvenes desde los siete años hasta su entrada en filas, y el delegado nacional fue José Antonio Elola Olaso.
El Preámbulo de la Ley del 6 de diciembre de 1940, deja claro el objetivo de esta organización:

Al Frente de Juventudes correspondieron dos tareas. La primera en estimación e importancia consistió en la formación de sus afiliados para llegar a ser miembros del Partido. En segundo lugar, le competía irradiar la acción necesaria para que todos los jóvenes de España fueran iniciados en las consignas políticas del Movimiento. A este fin, el Estado debía asegurar al Frente de Juventudes los medios para ejercer la necesaria influencia en las instituciones de enseñanza, oficial y privada, así como en los centros de trabajo. 

 Los 12 puntos del Frente de Juventudes son los fundamentos de la formación ética y política que se impartió: 

1º. La fe cristiana es el fundamento de mis actos.
2º. Sabemos que España es la Patria más hermosa que se puede tener.
3º. La Falange que fundó José Antonio es la Guardia de España y formar en ella es mi afán supremo.
4º. El Caudillo es mi jefe, le querré y le obedeceré siempre.
5º. Amamos las genuinas tradiciones de nuestra Patria, sustancia de nuestro porvenir imperial.
6º. Nadie es pequeño en el deber de la Patria.
7º. Vivimos en el conocimiento y afición a los campesinos, de lo que huele y sabe a tierra madre.
8º. La vida es milicia. Mi fe, mi tesón y disciplina harán a España Una, Grande y Libre.
9º. Ser nacionalsindicalista significa no tener contemplaciones con privilegios injustos. Luchamos por la Patria, el Pan y la Justicia.
10º. Para servir a España mi cuerpo ha de ser fuerte y mi alma sana.
11º. Cada día ha de alcanzar una meta más alta. El que no supera en el servicio a España, desciende.
12º. Por tierra, mar y aire, nosotros haremos el Imperio. 

Una de sus características era la universalidad de su militancia. Se trataba de superar la escisión perenne entre las dos Españas y, por tanto, en sus filas se encontraban también hijos de quienes habían luchado en el bando republicano y nunca hubo ningún problema. El Frente de Juventudes fue el primer ensayo, y hay que decir que exitoso, de una convocatoria estrictamente nacional a la juventud. Naturalmente que desde una ideología previa, pero desde una ideología previa en la que, prácticamente, cabía todo el mundo.  
 
Su misión fue esencialmente la Formación Política, Física y Militar de la juventud española, que se llevó a cabo en los centros de enseñanza, trabajo y rurales, así como en las actividades campamentales, culturales, deportivas y convivenciales realizadas en los hogares juveniles, albergues, marchas por etapas, intercambios, colegios menores, juegos deportivos, competiciones, concursos, exposiciones... Se configuraba como una Delegación Nacional del Movimiento, articulada en la Vicesecretaria General de Secciones. Al frente figuraba el Delegado Nacional. Su estructura estaba formada por tres grandes Secciones: Centros de Enseñanza, Centros de Trabajo y Centros rurales. Directamente del Delegado Nacional, dependía la Ayudantía Nacional de las Falanges Juveniles de Franco. Entre los servicios figuraban los de Campamentos y Albergues, Formación Física, Formación Política, Formación Premilitar, Sanidad, Religión y Moral, Colegios Menores, Servicio Exterior, Sección de Cultura y de Arte, Secciones de Administración y de Intendencia, etc...  
   En el Frente de Juventudes militaron cientos de miles de jóvenes españoles y muchos de ellos, calladamente, realizaron una gran labor por sus semejantes y por España.
   Resaltar la frase de José Utrera Molina sobre el Frente de Juventudes:  
Los que militábamos en el Frente de Juventudes sentíamos la frustración republicana y entendíamos el 14 de abril como una ocasión histórica malograda. No teníamos la menor simpatía por la monarquía liberal, parlamentaria y borbónica. Soñábamos, en definitiva, con un nuevo Estado, popular, integrador y dinámico, con un audaz sentido de la libertad. Teníamos fe y creíamos por ello en el milagro. 

La poesía y la música tienen la cualidad de llegar al pueblo de una forma especial, antes que un mero discurso, por ello reproducimos, a continuación, el Himno del Frente de Juventudes desde sus primeros tiempos. En él se habla de la hermandad y camaradería que debe caracterizar a todo miembro de la Organización, a la vez que se cantan las metas e ideales de la juventud.  

Fue recogido por primera vez en el Cancionero Himnos y Canciones, aparecido en 1942. Su letra es de J. Villanueva y la música de A. Cabañas: 
PRIETAS LAS FILAS 

Prietas las filas,
recias, marciales,
nuestra escuadras van
cara al mañana
que nos promete
Patria, Justicia y Pan.
Mis camaradas fueron a luchar,
el gesto alegre y firme el ademán;
la vida a España dieron al morir,
hoy Grande y Libre nace para mí.
Lánzate al cielo, flecha de España,
que un blanco has de encontrar;
busca el Imperio, que ha de llevarte
por cielo, tierra y mar.
Ya las banderas
cantan victoria
al paso de la paz;
y han florecido,
rojas y frescas,
las rosas en mi haz”.

Por Pituca.

Auxilio Social



Auxilio Social fue una organización de socorro humanitario que atendía a las familias necesitadas y estaba integrada dentro de la Sección Femenina de FET y de las JONS.

Nacido en octubre de 1936 de la mano de Mercedes Sanz-Bachiller —viuda de Onésimo Redondo—,fue organizado de la nada en Valladolid para atender sin discriminación ideológica a los desamparados de la ciudad, acuciada por el problema del hambre y la represión.

Se financiaba con la “ficha azul”,  suscrita por ayuntamientos y particulares, cuyos nombres aparecían en la prensa.


El 1 de abril de 1939, fecha de la finalización de la guerra civil española, con el aplastante triunfo de las Tropas Nacionales al mando del Generalísimo Francisco Franco, la Dirección General de Beneficencia y el Auxilio Social se trasladaron a Madrid. 

El trabajo que tenía que realizar Auxilio Social era ingente, debido a una gran masa de gente hambrienta, de refugiados de otras partes de España, de huérfanos, de familias rotas, de gentes sin casa, etc. 

Esta organización era también la responsable de los famosos “emblemas” (bajo estas líneas). Todos los asistentes a algún espectáculo (cine, teatro, fútbol, toros, campo de deportes S. Roque, etc.) tenían la obligación de comprar, además de la entrada, un escudito de cartón o de metal y ponérselo en la solapa. Se vendían en las taquillas y en los bares.


Una vez liberada la capital de España, el Auxilio Social distribuyó unas 900.000 raciones de comida a diario, 200.000 de las cuales se distribuían en Valencia. 

La importancia de los servicios de alimentación quedan reflejados en los siguientes datos: En octubre de 1939 había 60 centros de alimentación infantil dependientes de Auxilio Social en toda España, y en los cuales eran atendidos 72.000 niños. Por lo que hacía referencia a Barcelona, las cifras eran las siguientes:
- 16 “Centros de alimentación infantil”
- 2 “Guarderías para hijos de obreras”
-  2 “Hogares escolares” (Asilos para niños donde comían y dormían pero de donde salían para ir a la escuela)
- 2 “Hogares cuna” (Para niños huérfanos, niños encontrados abandonados por sus padres durante la guerra)
- 4 “Hogares infantiles” (También para niños huérfanos, pero mayores que los del “Hogar cuna” y en régimen de internado, a diferencia de los “Hogares escolares”
No estaban contabilizados en esta relación los datos referentes a “Comedores de hermandad” para adultos. 
Los locales de Auxilio Social estuvieron sucesivamente en la “Casa de España”, en el Hogar Evaristo de Churruca (Palacio de El Salto) y en las escuelas de Dª Casilda Iturrizar. Recibía una subvención municipal de 3.600 pesetas al año.

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Pasados los años cuarenta, cuando el reparto benéfico de comida había dejado de tener sentido, Auxilio Social su quedó como una institución más de asistencia social dentro del Régimen, gestionando los centros escolares y sanitarios que se habían ido creando. Estos centros pasaron a depender, en 1976, al ‘Instituto de Asistencia Social del Ministerio de Gobernación’ y el nombre de ‘Auxilio Social’ pasó a la historia.

Elementos de referencia interna en FET y de las JONS

Los elementos de referencia interna. Una aproximación a los símbolos.

El valor del símbolo.-


Como productor de símbolos el hombre es el animal que por excelencia crea este tipo de imágenes. Una representación, una realidad que sustenta esa representación y un referente. La primera es la imagen visible hasta el punto que todos la pueden ver y quedarse en ella sin pasar de ahí, ha sido elegida por los creadores del símbolo para representar a la realidad que sustenta y la tercera hace mención a la posibilidad interpretativa que un grupo tiene del símbolo… Pero el símbolo por más que permanezca inalterado en cuanto a su forma, sufre un proceso de transformación en el tiempo. Lo que antes era, ahora no es, ya es otra realidad. Los propios participantes de la simbología se verán en la necesidad de adaptar los símbolo o de darlos una lectura diferente. Los tiempos mandan.

 

La coreografía.-


Durante el periodo de ejercicio de la FET hubo una serie de lugares, costumbres, gestos y actitudes comunes. Repeticiones litúrgicas que, junto a los lugares históricos produjeron la escenografía para el movimiento de los actores.

 

El saludo. -


El ritual falangista del saludo brazo en alto, con origen entre los iberos (utilizado y ocultado también en las primeras olimpiadas de la edad moderna) pero sobre todo usado por las formaciones de las milicias de partidos autoritarios, fue asimilado como saludo nacional a raíz del Decreto Unificador. La refundición de disposiciones sobre himnos, saludos y cantos nacionales llevó a la Presidencia del Gobierno a los cinco años del comenzar el Alzamiento, a la confirmación del saludo brazo en alto como saludo nacional. Se obligaba su utilización a los militares en actos públicos y desfiles y se hacía sustitutivo del saludo militar cuando se encontraran descubiertos

La Unificación y la victoria había llevado a generalizar el saludo falangista y los tiempos venideros habían corrido a favor de seguir utilizándolo, pero el derrumbe del Eje hizo inviable continuar con aquel saludo en calidad de "nacional". Reservado para la FET, la Presidencia del Gobierno derogaba en Septiembre del 45 el Decreto dado ocho años antes. El preámbulo de la orden justificaba la adopción del saludo frente a la violencia del puño cerrado, pero se resignaba a la necesaria sustitución: "Mas circunstancias derivadas de la gran contienda han hecho que lo que es signo de amistad y cordialidad venga siendo interpretado torcidamente"

 

El himno.-


En cuanto a los himnos nacionales cuatro fueron los aceptados: La Marcha Granadera (restablecida el 22.II.37) El Himno de la Legión, El Oriamendi y el Cara al Sol; de ellos, este último se llevaba la primacía en las manifestaciones populares tanto en las voluntarias como en las coercitivas, y así cualquier concentración patriótica, de defensa del nuevo Estado o de representación del régimen tenían como colofón el Cara al Sol o, en versión contraria, los muchos presos políticos que hicieron los nacionales durante y después del conflicto tendrían la obligación de entonarlo mañana, tarde y noche. Por Decreto de la Presidencia del Gobierno del 17 de Julio de 1942 la Marcha Granadera seguiría de Himno nacional, reservándoles a los otros tres la categoría de Cantos Nacionales. Pero una era la opción elegida para los actos oficiales y otra era la preferida por las masas, en esta última faceta se llevaba la palma, otra vez, el Cara al Sol, unida de forma indeleble al transcurso del régimen.

 

Escritos.-


Todo escrito que saliera de las dependencias falangistas en tiempos de guerra debía llevar el correspondiente membrete y el eslogan "Saludo a Franco" "Arriba España". En Mayo de 1939 se normalizaba ese membrete en donde debía figurar "Falange Española Tradicionalista y de las JONS", el nombre del Servicio que lo utilizaba y el Yugo y las Flechas.

 

El uniforme.-


Al uniforme, compuesto en principio por una camisa de color azul mahón (entero, serio, neto y proletario), un color ya utilizado por la izquierdas de las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campensinas), y al que la situación bélica o la conciencia prebélica anterior a la contienda, había añadido correajes militares, se sumaría la corbata negra que en señal de luto por la muerte de José Antonio, ordenaba colocar el Secretario General de la FET en Noviembre de 1938 cuando se decidió hacer pública la ya conocida muerte de Primo de Rivera.

Hasta el 25 de Enero de 1939 el Jefe Nacional no impuso el uniforme mixtura del Tradicionalismo y de la Falange, donde junto a la camisa azul se incluía la boina roja, pero ya en Agosto de 1937 había quien solicitaba aquella simbiosis en el vestuario. Así, Ernesto Giménez Caballero en una carta enviada a Ladislao López Bassa desde Italia donde se encontraba al frente de una expedición, decía: "...ahora el uniforme. Mi boina, nuestra boinas es lo que más gusta aquí, lo más español ¡Unificación rápida!" (7). Curiosamente un antecedente de tal vestimenta fue la pensada en utilizar por don Juan de Borbón en su fallido intento de incorporarse al frente del Alto del León como combatiente nacional y que contó con la censura del general Emilio Mola.

http://i68.tinypic.com/do85dk.jpgAquella indumentaria se hacía obligatoria para todos los afiliados con la excepción, sin duda para evitar problemas, de los combatientes que en fuerzas organizadas podían llevar sus antiguos uniformes.

En guerra y en la zona nacional y luego en todo lugar, hubo una compulsión uniformadora. La exhibición del uniforme en cualquier lugar y bajo cualquier pretexto al compás de los momentos triunfales, precisó de medidas de continencia. La Jefatura Provincial de Madrid con Valdés Larrañaga al frente llevó a su prohibición en "cafés, bares, dancings y otros sitios de diversión"

Chaquetas negras y blancas complicaron la uniformidad siguiendo, al parecer, la inspiración de Serrano Suñer. Influidos por la moda italiana del PNF se pensó, incluso, en añadir a los mandos y jerarquías un puñal que completara la vestimenta.

Paralelo a la pérdida del protagonismo falangista se realizó una devaluación del vestuario, del que quedaba como elemento esencial la primitiva camisa azul. Llegaría también el tiempo en que la milicia falangista universitaria integrada en las filas del ejército tuviera que abandonarla. El tiempo y los avatares internacionales fueron restringiendo su uso. Dirigentes del Partido,que ocupaban también cargos del Estado, olvidaban el ponérsela, prefiriendo otros colores menos comprometidos. Faltaban aún muchos años para que el noecaciquismo cultural de izquierdas entonara el "camisa blanca de mi esperanza", pero alertados quizás porque el hábito no hace al monje pero dice quién es circulares de la SGM llamaban la atención sobre el uso obligatorio de esa prenda para jerarquías, mandos y militantes que ocuparan cargos con la única excepción de quienes llevaran uniforme militar. Ese olvido provocaba el malestar entre afiliados que veían en ello el alejamiento ideológico y que protestaron ante la Secretaría General cuando cargos del Movimiento prescindían de ella.

 

Los distintivos de mando.-


Junto al uniforme los distintivos de mando, combinando estrellas, flechas y yugos con los colores oro plata, rojo y verde.
La emblemática de las jerarquías del Partido, añadida al uniforme, ajustándose a las normas de la FE se incluían a primeros del 33.


FET JONS

Jefe nacional de servicio
Subjefe de bandera
Jefe nacional
Secretario nacional de servicio
Jefe provincial de servicio
Jefe directo de la milicia
Jefe provincial
Secretario provincial de servicio
Jefe divisionario de la milicia
Secretario provincial
Jefe local de servicio
Miembro de la Junta Política
Jefe local
Jefe de centuria
Consejero nacional
Jefe provincial de milicia
Jefe de falange
Inspector general
Jefe de tercio
Jefe de escuadra
Secretario general
Jefe de bandera
Subjetfe de centuria
Subjefe directo de la milicia
Subjefe provincial de milicia
Subjefe de falange
Subjefe divisionario de la milicia
Subjefe de tercio
Subjefe de escuadra

Los gritos.-


Los gritos, la primaria expresión del sentimiento, se recondujeron a raíz de la Unificación y quedaron limitados a cuatro: "¡Franco, Franco, Franco! "¡Arriba España!" "¡Viva España!" y "¡España, Una, Grande, Libre!". Dos de ellos entraban en el ritual de la Falange primitiva, el otro, más emparentado con sentires tradicionales y por fin el que expresaba el culto a la personalidad del Jefe, del Caudillo viviente. Paralelamente, a José Antonio Primo de Rivera, fusilado en Alicante el 20 de Noviembre del 36, se reservaba toda una serie de homenajes, pompas y devociones que convertían al Fundador en un mito. Cuanto más arriba, más alejado, cuanto más lisonjeado más separado. Un José Antonio estratosférico y sin estación de radio para comunicar.

 

El culto al mito.-


Fue en Noviembre de 1938, cuando se hizo pública en la zona nacional, la muerte de Primo de Rivera, ocultada hasta entonces con el mito de "El Ausente", la Jefatura del Estado ordenó luto nacional los 20 de Noviembre. Durante todo el tiempo de duración del régimen, una esquela mortuoria acompañaría al boletín de la FET y actos litúrgicos de contenido religioso o político tendrían lugar en esa fecha. Se ordenaba también la colocación en las iglesias de lápidas con el nombre de los caídos (obsérvese la palabra) nacionales originarios de la localidad a la que pertenecía cada iglesia, en lista que inexorablemente comenzaba por José Antonio Primo de Rivera. Aquella instalación en los paramentos de lugares sagrados de las listas de los caídos llevó a interpretaciones curiosas. Relataba José Agustín Goytisolo el caso de un moro que en Xauen le contaba que, a pesar del abandono español de aquellas tierras, él seguía encomendándose al santo de la fachada de la Iglesia, a "San José Antonio Primo de Rivera".

Esa medida ejercida con cinceles sobre las bases pétreas o con pinturas, mantenida hasta la finalización del régimen de Franco y que es posible encontrar todavía hoy en algunas iglesias de núcleos rurales como residuo arqueológico de una segunda edad del hierro, contó con la negativa del reaccionario y excéntrico Cardenal Segura. Pero si la postura de este prelado ha sido ampliamente divulgada, mayor silencio se ha mantenido sobre la negativa que, oficialmente, realizó el Vaticano. El 12 de Febrero de 1942 el Vicesecretario General Luna Menéndez recibía copia del texto enviado por el Cardenal Vico, en donde en base a una declaración de la Sagrada Congregación de Ritos de 20 de Octubre de 1922, se consideraba ilícita la colocación en iglesias y criptas dedicadas al culto de lápidas con inscripciones de no sepultados. Finalmente aquello, a pesar de presentar inconvenientes, fue generalmente aceptado.

Por otra parte, se crearon cátedras de doctrina política en Madrid y Barcelona con el nombre del Fundador, en donde el docente titular de las mismas quedaba a la espera de su designación por el Jefe Nacional. Prensa y Propaganda y además se crearía un concurso literario y artístico sobre José Antonio. La juventud y el mundo del trabajo organizados en la FET titularían a sus primeras instituciones con el nombre, ya mítico, de José Antonio y los ejércitos de Tierra, Mar y Aire bautizarían unidades con ese nombre. El boletín de la FET dirigía escritos sobre el líder falangista a niños, y a obreros y utilizaba, de la propia pluma del Fundador, el mensaje dirigido a los hombres del campo.

El primer Noviembre, acabada la guerra, El Jefe del Estado ordenaba el traslado de los restos de José Antonio al Monasterio de El Escorial. Restos que fueron reconocidos por sus familiares, a través de las vestimentas últimas que llevaba, y se organizó una magna peregrinación que desde Alicante a Madrid, en una impresionante movilización humana de diez días de duración, con "miliarios" en los lugares de relevo, conduciría para un enterramiento temporal el cadáver de Primo de Rivera, dándole honores de Capitán General.

Una completa relación, con todo lujo de detalles, sobre el estado emocional de los participantes del traslado, del ornato, y de las comitivas de participantes queda en el libro de Samuel Ros y Antonio Bouthelier “A hombros de la Falange”. Y fotografías y fotogramas animados indican el grado paroxismo que representaba José Antonio Primo de Rivera en aquella nación que acababa de tener un cruel guerra. Tiempos de esperanza de aquellos brazos levantados, de cuerpos cuyos pies pisaban la miseria.

La vela del sepulcro de José Antonio montada por grupos de siete centurias de falangistas contó con la presencia de jerarquías de la FET que, por espacio de media hora, dedicaban su recuerdo a un jefe que muchos no habían ni tenido ni reconocido. Acoplados por el Protocolo de la Falange según su servicio a la FET comparecían José María de Areilza, García Valdecasas, Dionisio Ridruejo o Gerardo Salvador Merino en su calidad de miembros de la Junta Política; Agustín Aznar, Leopoldo Panizo, Ángel Alcázar de Velasco o Narciso Perales por su condición de Palmas de Plata de la Falange. Pilar Primo de Rivera, Ricardo Jiménez Arnau y otros en su calidad de Delegados y Jefes de Servicio. Más tarde, el cortejo de consejeros nacionales, entre los que, sin duda, había quienes no concedieron el más mínimo crédito al hijo del Dictador en vida y quienes consideraban que El Escorial, pudridero y osario de reyes (todo lo iguala la muerte), no era lugar adecuado para última morada del fundador de la Falange..

Pero la construcción del mito y el saber comportarse en aquel preciso tiempo presidían aquella visita a la sierra de Madrid. Ocasionalmente se harían guardias de honor en la tumba del Fundador. En marzo de 1940 la redacción de Arriba conmemorando su fundación allí acudía, y desde ese periódico el luto acompañó durante su historia el ejemplar que salía ese día de Noviembre., fecha donde se registró también que el Jefe Nacional vivo concedía la Palma de Oro de la Falange a su primer Jefe Nacional, distinción "...que aún hoy ningún hombre de la Falange ha logrado ostentarla bajo su brazo".

El culto a Primo de Rivera se ampliaba también con el reconocimiento hacia quienes intentaron libertarlo. En 1941 cien mil falangistas rindieron homenaje en Elche a los cincuenta y dos militantes de la Falange muertos en uno de los intentos de liberar a su jefe. La Delegación Nacional de Propaganda, dependiente de la poderosa Vicesecretaria de Educación Popular, tuvo la ocurrencia en Octubre de 1942 de crear en la Capilla Vieja del Monasterio de El Escorial un museo que, recogiendo ofrendas de valor material o significativo, expusiera la devoción de los españoles por José Antonio. Este "recinto votivo" proyectado no paso del grado de tentativa.

https://ricksmagazine.files.wordpress.com/2014/11/pnp375419.jpgEsa fecha del 20 de Noviembre que, por extraños azares del destino, coincidiría con la del fallecimiento del creador del Régimen, concentraría el recuerdo a los muertos de la Falange. El Día de los Caídos se convertiría, además, en una especie de revista de los activos existentes. Al igual que se escudriña la asistencia a los funerales de miembros de una familia, el todavía Partido informaba en 1942 de aumento de asistencia en Soria, Toledo, Málaga, Huesca, Córdoba, Oviedo, Badajoz, Álava y Albacete mientras que aquel improvisado termómetro reflejaba preocupante frialdad en ciudades como Santander, Logroño, Vitoria, Orense, Tarragona o Ciudad Real.

A finales de 1943 la preocupación por magnificar la figura del Jefe muerto movía a los intentos de una fundación que, pagada por los hombres de la FET, atendiera el mantenimiento del sepulcro y las atenciones espirituales. De aquel intento llamaba la atención la justificación que se hacía desde la Jefatura de Protocolo a la Secretaría Política: "la Falange ha dejado en el abandono más absoluto a José Antonio" y que eran repetición de palabras de falangistas vascos pronunciadas muy poco antes.




El culto al Jefe Nacional vivo.-
 

http://www.jotdown.es/wp-content/uploads/2012/02/FrancoIgnacioZuloaga.jpgDe los personajes vivos se reservaba el honor y la gloria al Jefe Nacional. Muerto el Fundador, ocupaba su lugar un "alter ego" que regía los destinos del Movimiento. A él y sólo a él correspondía la dedicación honorífica de la Falange.



A escasos meses de producida la Unificación, en el mes de Octubre de 1937, se ordenaba que los artículos encomiásticos únicamente podían dedicarse a José Antonio (ya muerto pero sobre el que se cernía la leyenda de "El Ausente") y a Francisco Franco. En el afán uniformador y de sometimiento de tendencias se recordaba que la FET era una orden militar y que sus miembros no podían actuar por cuenta propia. Llamados a un espacio militar, mentalmente querido por la Falange, se les fijaba su posición de sometimiento y disciplinada con la advertencia de que las huestes de Falange no podían confundirse con "animadoras claques aduladoras del estilo liberal"



La devoción a la figura del Caudillo llevó a que el 1 de Octubre o Día del Caudillo (por su elección como Jefe de la Junta militar) diera comienzo el "Año político" en las actividades de la Falange.



El acompañamiento coreográfico de la FET iba a estar presente para siempre en aclamación a su Jefe Nacional. Todas las secciones y departamentos quedaban convocados en cualquier acto más o menos público como agitadores de masas. Los contingentes humanos que recibían enfervorizados a Franco en sus desplazamientos, contaban con la asistencia en primera línea de los afiliados a la SGM. Generalmente era el jefe provincial quien se dirigía a las jefaturas locales para incitar a la acogida y en esos escritos se desarrollaban algunos aspectos de la coreografía que había que utilizar tales como uniformidad, banderas o eslóganes. La colocación de los afiliados tras sus jefes locales en las carreteras era una obligación más en los desplazamientos del Caudillo, así como el control por parejas falangistas de las carreteras por las que iba a transitar el Jefe Nacional de forma similar a los servicios montados por la Guardia Civil.



La preparación de esas masas uniformadas presentó en algunos momentos problemas de abastecimiento, por lo que los jefes provinciales se vieron en la necesidad de remitir con urgencia las camisas azules y boinas rojas necesarias para aquellas puestas en escena que serían pagadas por los propios figurantes que las llevaran. Otra prenda necesaria era un pantalón o falda negra, de fácil obtención tal y como algún jefe provincial señalaba "bien porque ya los tengan o porque se los tiñan"



Enfermeras y afiliadas a la Hermandad de la Ciudad y el Campo de la Sección Femenina deberían portar sus correspondientes uniformes e incluso "con trajes regionales las camaradas que lo tengan". Otras formas de manifestar la devoción al Generalísimo estuvo en la entrega de álbumes con firmas de adhesión, "in situ" o acudiendo al Palacio de El Pardo para tal cumplimiento.



Secciones de la FET contribuían como parte del conjunto falangista o por propia iniciativa a la exaltación de Franco, participando de la "devotio ibérica" tan afincada en las conciencias de los falangistas. De esa forma el Frente de Juventudes, hacia 1950, le concedía el título de Jefe de Centuria honorífico de la promoción Sancho el Fuerte al Jefe Nacional.


Protocolos.-

La apariencia, el protocolo marca la importancia formal que se otorga a las distintas fuerzas. Resulta interesante observar las equivalencias de la FET con otros poderes y la colocación que tenían con respecto a ellos. Este fenómeno se daba con el auge de Serrano Suñer en la política española y más tarde fue cayendo en desuso.
El Secretario General tendría tratamiento de excelencia. honores: Arma al hombro y marcha militar. Los Miembros de la JP Consejeros nacionales y Vicesecretarios Tratamiento de excelencia. Arma descansada y marcha militar .Los Delegados Nacionales e Inspectores nacionales Tratamiento de Ilustrísima .Arma descansada y marcha militar. Los Secretarios Nacionales y Jefes Provinciales tratamiento de Señoría y arma descansada. Los Secretario Provinciales y los Jefes locales de capitales de provincia guardia sin armas. Los honores militares serían dados por las milicias de la 1 y 2 línea de FET en actos oficiales, cuarteles y guardias de cualquier edificio o dependencia de la organización. 

Se realizó también la correspondencia protocolaria con miembros del Ejército de la siguiente manera: 

Secretario General con General de División
Junta Política, consejeros nacionales y vicesecretarios con Generales de Brigada
Delegados Nacionales e Inspectores generales con Coroneles
Los Secretarios Nacionales y Jefes Provinciales con Tenientes coroneles. 

En cuanto a la prelación entre autoridades del Estado y de la jerarquías del Movimiento:
Ministros y Secretario General
Junta Política y Consejo Nacional
Subsecretarios y Vicesecretarios
Jefes Nacionales de Servicio y Delegados Nacionales del Movimiento
Gobernadores civiles y Jefes Provinciales 

En cuanto al orden de protocolo con las autoridades eclesiásticas:
Cardenales y Secretario General
Junta Política, Consejo Nacional y Arzobispos
Vicesecretarios
Delegados Nacionales y Obispos
En concurrencia con los eclesiásticos se hacía valer la preeminencia de éstos.
En coincidencia de jerarquías equiparadas tenía preeminencia el Ejército y Estado (observar el orden).En actos de índole provincial, con la excepción del Secretario General si estuviera presente, todos los asistentes se colocarían detrás del gobernador (según la relación del Ar. 3) En concurrencia con los eclesiásticos preeminencia de estos.
 

El protocolo interno.-

El protocolo fue causa provocadora de incidentes en algunos momentos, en el interior del propio Partido, donde también existieron normas que (42) establecían una prelación con base, en primer lugar, a la pertenencia de los Delegados Nacionales a la Junta Política por razón de ese cargo ( es decir el Vº General, Vº de Secciones, Sindicatos Vº de Obras Sociales, SF, FJ, Educ. Nal. Prensa). En segundo lugar, los Delegados de Servicio que estuvieran en la Junta Política por libre designación (Ex Combatientes, Sanidad, IEP, Jefe Milicias, Ex cautivos, Justicia y Derecho, Auxilio Social, Información e Investigación).En tercer lugar estaban los responsables de delegaciones creados con posterioridad a los Estatutos de la FET (Provincias, Personal. Junta Central de Recompensas, SEU, SEM, Guardia de Franco, Vieja Guardia, Servicio Exterior y Secretaría Política.)
En esa prelación se pudieron detectar al menos dos posibles anomalías: una con el Servicio Exterior que sí aparecía en los Estatutos aunque en su tiempo fue Delegación y más tarde Servicio (sombra de lo que fue). En cuanto al SEU, integrado en el F. de JJ, poseía la suficiente veteranía, anterior al estallido de la guerra, como para poder disputar lugar de mayor privilegio. Pero de ninguno de ellos vino reclamación alguna. Fue la Vieja Guardia quien se sintió molesta por haberla colocado en los lugares de cola. El que los últimos serán los primeros y los primeros los últimos es mensaje evangélico de difícil digestión. 
 
 
La Junta Central de Recompensas.-

 
En la Falange Española había existido una Junta Nacional de Recompensas que había concedido la Palma de Plata a Manuel García Míguez muerto por los sucesos de Aznalcóllar y único fallecido a quien se concedió tal condecoración. Concedió, además, otras 7 Palmas de Plata a la Falange de Sevilla y la misma condecoración a los guiones de milicias de Sevilla y Madrid.
Precisamente en el amparo de esa Junta el vocal falangista del Secretariado Político, Miranda, en Julio de 1937 proponía la concesión de la más alta condecoración del Partido, la Palma de Oro, al General Franco.
En este año de 1937 se proyectó una condecoración que con el nombre de "Legión de honor" recompensaría a mutilados, inválidos y heridos de guerra. Pero no consta que tal título llegara a hacerse realidad. El nombre, de claras connotaciones francesas, no era lo más apropiado.
El 21 de Julio de 1937 J. Miranda se dirigía al Secretariado Político con la intención de que se hiciera llegar al Jefe Nacional una propuesta para crear una Junta de Recompensas. Tras hacer mención de las condecoraciones que existían en la Falange, urgía el establecimiento de una organización responsable de aquello por la proliferación de gentes que, sin concesión alguna lucían todo tipo de recompensas impuestas por su gusto y gana.
Hasta el 12 de Marzo de 1942 no sería creada la Junta Central de Recompensas. La composición de este organismo quedaba formada por un Presidente que sería miembro del Consejo Nacional y que ostentara la Palma de Plata y como vocales un Delegado Nacional de la FET, un Jefe del Ejército, un letrado y dos militantes. Las competencias para otorgar recompensas de la Sección Femenina y de las OOJJ quedaban al margen de las de esta Junta, si bien su Presidente sería miembro nato de las Juntas de recompensas de esas dos delegaciones.
El 25 de Marzo de 1942 era nombrado Presidente de la Junta Sancho Dávila y de vocales aparecían Juan Francisco Yela, Ramón García Noblejas y los Comandantes del Ejército Modesto Aguilera y Claudio Rivera. En julio aparecieron concedidas las primeras distinciones. Las de más alta categoría se otorgaban a veteranos miembros del Partido, Agustín Aznar, Alcázar de Velasco y también a García Noblejas y a Aguilar.
Las recompensas fueron sistematizadas en 1943 y se correspondían con el mérito político (ángulo verde, aspa verde y palma verde) sufrimientos padecidos por los militantes (ángulo rojo, aspa roja y palma roja), actos heroicos (ángulo de plata, aspa de plata y palma de plata). Se establecía también y con carácter excepcional la Palma de oro. Curiosamente esta Palma de oro se reservaría para los Jefes Nacionales ejercientes como tales 3 años y 22 días. Tal lapso de tiempo se justificaba en que ese era el periodo de mando que había tenido José Antonio; pero resultaba claro que la limitación temporal ponía fuera de combate para recibir la más alta distinción a Manuel Hedilla.
Se le concedería con el tiempo a la Junta poder retroactivo en tanto que cualquier recompensa otorgada con anterioridad a la constitución de la JCR habría de ser revisada por ésta.
En Mayo del 50 se hacía cargo de la Presidencia de la Junta Manuel de Mora Figueroa, al anterior Presidente se le hacía Secretario de la Cancillería de la Orden de Cisneros Seis años más tarde, en 1956, las funciones auxiliares de la Cancillería de Cisneros pasarían a la Junta Central de Recompensas
Conviene reseñar que hubo un intento en 1950 de desbancar a la Junta Central de sus cometido por parte de la Vieja Guardia. Efectivamente, el 10 de Junio de 1950 el Presidente de la JCR, M. Mora Figueroa, se mostraba contrario a los deseos expresado por la Vieja Guardia de sustituirles en las funciones relacionadas con la concesión de la denominada medalla de la Vieja Guardia, con razones como la eficacia demostrada por la Junta, la colaboración que la VG hacía al ser ella quien promovía los expedientes y el pensar que la extinción de la VG por razones biológicas obligaría a pasar la documentación a otra dependencia
 

Las recompensas. -

El número de falangistas que recibieron la Palma de Plata fue bastante reducido. Se concedió ésta por hechos heroicos a Federico Servet y a Tomás García Rebull. En Noviembre del 52 Juan Yagüe Blanco recibía a título póstumo la Palma de Plata y tres meses más tarde la recibía Gerardo García Carpintero y el colectivo de las JONS de Villanueva de la Serena.
Cuando existían problemas para la concesión de la Palma de Plata por existir méritos de difícil demostración se recurría a abrir un "juicio contradictorio" que pusiera en claro si era el encausado merecedor o no de la condecoración. Entre los sometidos a juicio contradictorio estuvieron Joaquín Bernal Vargas (albañil, Jefe provincial de Cádiz), Federico Servet Clemencín Miguel Blasco Vilatela (muerto durante la guerra en los Pirineos), Maestro y Alférez de las Milicias falangistas o Gerardo Garcìa Carpintero, combatiente de la División Azul.
El 18 de Julio del 56 se concedía la Palma de Plata a Miguel Blasco Vilatela, Rafael García Siso, Santiago Pedrosa Posada, José Luna Meléndez y al General Antonio Sagardía Ramos. Se entregaba en la misma fecha la Palma de Plata a los falangistas que intentaron liberar a José Antonio el 19 de Julio del 36
De menor entidad, la Palma Verde fue concedida a falangistas vivos e incrustados de lleno en el régimen de Franco. En enero del 45 la recibían Fernández Cuesta y Jesús Suevos.
 

La medalla de la Vieja Guardia.-

Por Decreto del 10 de Marzo de 1942 el Mando Nacional del Movimiento creó la Medalla de la Vieja Guardia para los militantes de los Partidos Unificados que se encontraran inscritos en ellos antes del 16 de Febrero de 1936 (fecha de las elecciones donde triunfó el Frente Popular). En la cinta de la medalla los que desempeñaron algún cargo podían llevarlo con el emblema correspondiente, adaptado eso sí, a la nueva nomenclatura de mandos y jerarquías de la FET.
La frontera de las elecciones de Febrero del 36 fue el requisito de consideración de Vieja Guardia Cuando se realizó la creación de esa Medalla se habló de los "Partidos Unificados", con lo que se podría incluir allí a Renovación y Acción Española, además de a la CEDA, pero ya en Agosto del 42 se daba por supuesto que la acreditación de militancia o era de la FE o de la Comunión Tradicionalista, olvidando cualquier otra opción. Se exigía, además, para la concesión el haber aceptado la reconducción impuesta en el Partido Único, es decir, la adhesión al Movimiento y el uso obligatorio de la condecoración en el uniforme.
De las Delegaciones de la Vieja Guardia partían los expedientes que eran finalmente estudiados por el organismo específico para otorgar las recompensas: La Junta Central de Recompensas y Distinciones. 
Aún sin decidir qué dibujo llevaría la medalla, poco tiempo más tarde, en el mes de Mayo, se convocaba un concurso entre artistas españoles para elegir y premiar los modelos que se presentaran.
Por orden del 18 de Julio de 1942 se ampliaba la concesión de la medalla a familiares de militantes caídos en donde la única diferencia lo ponía el negro de la cinta, señal de luto.
Fue a partir de la creación de esta recompensa que larguísimas relaciones de expedientes para la concesión de la medalla llenarían páginas y paginas del órgano oficial de la FET. La recompensa no concedía beneficios de ningún tipo con la única salvedad de dificultar la expulsión del Partido y era exclusivamente honorífica; pero demostrar haber sido partícipe de la verdad impuesta por las armas en los momentos difíciles, pionero de la nueva situación, significaba una categoría en la España salida de la guerra.
El 1 de Abril de 1949 finalizó el plazo para solicitar la Medalla; pero para rezagados quedaba un resquicio, se preveía para el futuro que quienes pudieran solicitarla lo hicieran a través de los Jefes Provinciales, éstos, tras la información de la Delegaciones de Vieja Guardia, elevarían a Secretaría General la petición.

Uniformes de Falange Española Tradicionalista y de las JONS

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